Brasil implementa las normativas de la OCDE en materia de impuesto mínimo global: de esta forma repercute en el sector de tecnologías de la información y comunicaciones.

Brasil implementa las normativas de la OCDE en materia de impuesto mínimo global: de esta forma repercute en el sector de tecnologías de la información y comunicaciones.

Adopción de las Reglas de la OCDE sobre el Impuesto Mínimo Global en Brasil: Impacto en el Sector de Tecnologías de la Información y Comunicaciones

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha impulsado una serie de reformas fiscales globales destinadas a combatir la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS, por sus siglas en inglés). Dentro de este marco, el Pilar 2 establece un impuesto mínimo global del 15% para las multinacionales con ingresos anuales superiores a 750 millones de euros. Brasil, como miembro asociado de la OCDE y economía emergente clave en América Latina, ha anunciado recientemente la adopción de estas reglas, lo que representa un cambio significativo en su régimen tributario. Esta medida, alineada con el consenso internacional, busca equilibrar la competencia fiscal y garantizar una recaudación más equitativa, pero genera interrogantes sobre sus efectos en sectores dinámicos como las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC).

El sector TIC en Brasil, que incluye empresas de software, servicios en la nube, inteligencia artificial (IA), blockchain y ciberseguridad, ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Según datos del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE), este sector contribuyó con aproximadamente el 5,5% del PIB nacional en 2022, con un valor agregado de más de 300 mil millones de reales. La adopción del impuesto mínimo global podría alterar la estructura de costos operativos de estas empresas, especialmente aquellas con presencia internacional, al imponer ajustes fiscales que podrían reducir la rentabilidad y desincentivar la inversión en innovación tecnológica.

Marco Conceptual del Pilar 2 de la OCDE

El Pilar 2 de la iniciativa BEPS 2.0, formalizado en el acuerdo de octubre de 2021 por más de 140 jurisdicciones, introduce mecanismos para asegurar que las grandes multinacionales paguen al menos un 15% de impuesto efectivo sobre sus ganancias en cada jurisdicción donde operan. Este pilar se compone de dos reglas principales: la Regla de Inclusión (IIR, por sus siglas en inglés) y la Regla de Ganancias Excedentes (UTPR, Under Taxed Payments Rule). La IIR permite que la matriz de una multinacional cobre el impuesto adicional si una subsidiaria en otro país paga menos del 15%. Por su parte, la UTPR actúa como un mecanismo de respaldo, aplicando un impuesto sobre pagos no deducibles o ajustes en la cadena de valor si la IIR no se activa.

Desde una perspectiva técnica, estas reglas se basan en el modelo de reglas globales anti-base erosion (GloBE), que requiere cálculos precisos de la base imponible ajustada y el impuesto corriente cubierto. Las empresas deben identificar sus entidades constituyentes, calcular el ingreso neto bajo estándares contables aceptados internacionalmente (como las NIIF o IFRS), y aplicar ajustes por elementos no gravados, como subsidios o incentivos fiscales. En el contexto de las TIC, donde los intangibles representan hasta el 80% del valor de las empresas según informes de la OCDE, la valoración de activos como patentes de software o algoritmos de IA se convierte en un desafío crítico. Por ejemplo, una empresa brasileña de desarrollo de IA podría enfrentar revaluaciones de sus activos intelectuales para determinar si sus ganancias efectivas caen por debajo del umbral del 15%.

La implementación técnica implica la adopción de sistemas de reporting digitalizado, como el XML o formatos estandarizados por la OCDE, para el intercambio automático de información fiscal (CbCR, Country-by-Country Reporting). Esto exige que las empresas TIC inviertan en herramientas de compliance fiscal basadas en IA, capaces de procesar grandes volúmenes de datos transfronterizos en tiempo real. En Brasil, la Receita Federal do Brasil (RFB) ha integrado estas obligaciones en su sistema e-CAC, lo que podría requerir actualizaciones en software de gestión empresarial para cumplir con los plazos de reporting anuales, iniciando en 2024 para ejercicios fiscales a partir de 2023.

Adopción en Brasil: Contexto Normativo y Cronograma

Brasil, que no es miembro pleno de la OCDE pero participa activamente en sus foros, formalizó su adhesión al Pilar 2 mediante la Medida Provisória 1.193/2023, publicada en el Diário Oficial da União el 15 de diciembre de 2023. Esta medida provisoria introduce el impuesto mínimo global en el ordenamiento jurídico brasileño, alineándose con el Convenio Multilateral para la Implementación de las Medidas Relacionadas con el Pilar Dos. El cronograma establece que las reglas entrarán en vigor para ejercicios fiscales comenzando el 1 de enero de 2024, con un período transitorio que permite exenciones parciales para el primer año de aplicación.

Desde el punto de vista operativo, la RFB será la entidad encargada de la administración y fiscalización, integrando el GloBE en el Código Tributario Nacional (CTN). Esto implica la creación de nuevas obligaciones accesorias, como la declaración de entidades multinacionales (MNE) y el cálculo de la tasa efectiva impositiva (ETR). Para el sector TIC, que a menudo opera bajo regímenes especiales como el de la Lei de Informática (Ley 8.248/1991), esta adopción podría interactuar con incentivos existentes, como reducciones en el Imposto sobre Produtos Industrializados (IPI) o créditos en el Programa de Apoio ao Desenvolvimento Tecnológico da Indústria de Semicondutores (Padis). Sin embargo, el impuesto mínimo podría neutralizar estos beneficios si la ETR resultante cae por debajo del 15%, obligando a las empresas a realizar pagos adicionales calculados como: Impuesto Adicional = (Ingreso Ajustado × (15% – ETR)) × Factor de Cobertura.

En términos de implementación técnica, Brasil adoptará el estándar de intercambio de información automática (AEOI) de la OCDE, lo que requerirá que las plataformas TIC locales, como las de cloud computing ofrecidas por proveedores brasileños, incorporen módulos de auditoría fiscal. Esto podría elevar los costos de desarrollo en un 10-15%, según estimaciones preliminares de la Associação Brasileira das Empresas de Tecnologia da Informação e Comunicação (Brasscom), impactando directamente en la competitividad de startups en IA y blockchain.

Impacto Específico en el Sector TIC Brasileño

El sector TIC en Brasil, con más de 15.000 empresas y un empleo directo de 1,2 millones de personas según la Brasscom, se caracteriza por su alta dependencia de modelos de negocio globales. Empresas como Totvs, Stefanini o incluso filiales de gigantes como Microsoft y Google generan ingresos significativos a través de exportaciones de software y servicios digitales, que representaron 8,5 mil millones de dólares en 2022. La imposición del 15% mínimo podría aumentar la carga fiscal efectiva en hasta un 5% para estas firmas, dependiendo de su estructura de precios de transferencia y localización de intangibles.

En el ámbito de la ciberseguridad, donde Brasil es un hub regional con empresas como Tempest y Stefanini Security, el impacto se manifiesta en la reducción de márgenes para investigación y desarrollo (I+D). Las reglas GloBE desincentivan la erosión de bases imponibles mediante pagos por royalties de software de seguridad, lo que podría obligar a relocalizar operaciones de I+D a jurisdicciones de alta tributación. Por ejemplo, una filial brasileña de una multinacional de ciberseguridad que paga royalties del 10% a su matriz en Irlanda (con tasa efectiva del 12,5%) podría enfrentar un ajuste del 2,5% adicional, elevando los costos totales y potencialmente retrasando el despliegue de soluciones contra amenazas como ransomware o ataques DDoS.

Para la inteligencia artificial, el sector emergente en Brasil con iniciativas como el Marco Legal da IA (PL 2.338/2023), el impuesto mínimo complica la monetización de modelos de machine learning entrenados localmente pero licenciados globalmente. Las empresas deben calcular la ETR excluyendo ingresos de I+D cualificado, pero la definición de “actividades cubiertas” bajo GloBE podría excluir gran parte de las operaciones de IA, como el entrenamiento de modelos en data centers brasileños. Esto genera riesgos de doble tributación, especialmente en transacciones con la Unión Europea, que ya implementó directivas similares en 2023.

En blockchain y criptoactivos, el impacto es aún más pronunciado. Brasil, con un mercado de criptomonedas valorado en 4 mil millones de dólares en 2023 según la Câmara Brasileira de Criptoativos, ve afectadas a plataformas como Mercado Bitcoin o exchanges multinacionales. El Pilar 2 trata los ingresos de validación de transacciones (mining) como ganancias gravables, potencialmente imponiendo el 15% sobre fees transfronterizos. Técnicamente, esto requiere la integración de wallets y smart contracts con sistemas de tracking fiscal, utilizando estándares como el ERC-20 para auditorías, lo que podría ralentizar la adopción de DeFi en el país.

Análisis de Riesgos y Beneficios Operativos

Desde una perspectiva de riesgos, la adopción acelera la complejidad regulatoria para las TIC, incrementando los costos de cumplimiento en un estimado de 20-30% para multinacionales, según un estudio de la OCDE de 2023. En Brasil, donde la burocracia fiscal ya es un desafío, esto podría desviar recursos de innovación hacia compliance, afectando la tasa de patentes en TIC, que creció un 12% anual entre 2018 y 2022 según el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI). Además, existe el riesgo de litigios por interpretaciones ambiguas de la ETR, particularmente en valoración de datos como activos intangibles en IA.

Sin embargo, los beneficios incluyen una mayor estabilidad fiscal global, atrayendo inversión extranjera directa (IED) en TIC al nivelar el campo de juego. Países como Brasil podrían recaudar hasta 2 mil millones de reales adicionales en 2024, según proyecciones del Ministerio de Economía, fondos que podrían reinvertirse en infraestructura digital como la Rede Nacional de Ensino (RNE) o programas de ciberseguridad nacional. Para empresas locales, esto fomenta la madurez en gobernanza fiscal, adoptando mejores prácticas como el uso de blockchain para trazabilidad de transacciones tributarias.

  • Riesgos clave: Aumento en costos operativos, posible éxodo de talento TIC a jurisdicciones de baja tributación, y disrupción en cadenas de suministro digitales.
  • Beneficios clave: Equidad fiscal que reduce la competencia desleal, mayor confianza inversionista, y oportunidades para desarrollar soluciones TIC especializadas en compliance fiscal.

En términos regulatorios, la integración con normativas locales como la Lei Geral de Proteção de Dados (LGPD) amplifica los desafíos, ya que las empresas TIC deben alinear el procesamiento de datos fiscales con requisitos de privacidad, utilizando encriptación end-to-end en reportes GloBE.

Implicaciones para Tecnologías Emergentes y Estrategias de Mitigación

Las tecnologías emergentes en Brasil, como el 5G y el edge computing, enfrentan implicaciones directas. La adopción de 5G por parte de operadoras como Vivo y Claro, con inversiones de 30 mil millones de reales hasta 2025, podría ver incrementados sus costos fiscales si los equipos importados generan pagos intra-grupo por debajo del 15%. Técnicamente, esto impulsa la adopción de redes privadas 5G con software definido por redes (SDN), donde la localización de controladores reduce la exposición a ajustes UTPR.

En IA y machine learning, las estrategias de mitigación incluyen la reestructuración de entidades para maximizar deducciones por I+D bajo el Artículo 10 del GloBE, que permite exenciones para actividades calificada. Empresas brasileñas podrían colaborar con la Financiadora de Estudos e Projetos (Finep) para certificar proyectos de IA como “cubiertos”, preservando incentivos fiscales. Para blockchain, la tokenización de activos fiscales bajo estándares ISO 20022 facilita el cumplimiento, permitiendo smart contracts que calculen ETR en tiempo real.

En ciberseguridad, el impacto fomenta la innovación en herramientas de auditoría automatizada, como plataformas basadas en IA que detectan anomalías en flujos de ingresos transfronterizos, alineadas con marcos como NIST Cybersecurity Framework adaptado a entornos fiscales. Brasil podría posicionarse como líder regional en “fintech segura”, integrando el impuesto mínimo con regulaciones de la Banco Central do Brasil (BCB) para pagos digitales.

Para mitigar impactos, las empresas TIC deben realizar evaluaciones de impacto fiscal (FIA) utilizando modelos cuantitativos, como simulaciones Monte Carlo para proyectar ETR bajo escenarios de volatilidad en ingresos de software as a service (SaaS). Además, alianzas con consultoras especializadas en BEPS, como Deloitte o PwC, son esenciales para navegar la transición.

Comparación Internacional y Lecciones Aprendidas

Comparado con otros países de América Latina, Brasil lidera la adopción del Pilar 2, mientras que México y Chile aún evalúan su implementación bajo tratados bilaterales con la OCDE. En Europa, la Directiva DAC8 (2023) impone reporting similar, pero con sanciones más estrictas por incumplimiento. Lecciones de la Unión Europea indican que el sector TIC ha respondido con consolidaciones empresariales, como fusiones para optimizar estructuras fiscales, un camino que Brasil podría seguir para fortalecer hubs como São Paulo y Florianópolis.

Globalmente, el 70% de las jurisdicciones han comprometido la implementación para 2024, según la OCDE, lo que presiona a Brasil a armonizar su sistema con estándares como el Common Reporting Standard (CRS). Para TIC, esto significa invertir en interoperabilidad de APIs fiscales, facilitando el intercambio de datos entre sistemas locales y globales.

Conclusión

La adopción de las reglas de la OCDE sobre el impuesto mínimo global en Brasil marca un hito en la integración fiscal internacional, con repercusiones profundas para el sector TIC. Si bien introduce desafíos en términos de costos y complejidad, también abre vías para una mayor madurez tecnológica y equidad en la competencia. Las empresas del sector deben priorizar estrategias proactivas de compliance y innovación para navegar este nuevo panorama, asegurando que el crecimiento en áreas como IA, ciberseguridad y blockchain continúe impulsando la economía digital brasileña. En resumen, esta reforma no solo redefine la tributación, sino que redefine las prioridades estratégicas en un mundo interconectado, fomentando un ecosistema TIC más resiliente y sostenible.

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