Razones por las que Jensen Huang, director ejecutivo de NVIDIA, considera que los electricistas y los fontaneros serán los principales beneficiados en la carrera de la inteligencia artificial

Razones por las que Jensen Huang, director ejecutivo de NVIDIA, considera que los electricistas y los fontaneros serán los principales beneficiados en la carrera de la inteligencia artificial

Inteligencia Artificial, automatización avanzada y oficios técnicos: análisis estratégico de la visión de Jensen Huang

Implicancias tecnológicas, laborales y de seguridad digital en la próxima ola de infraestructura inteligente

La aceleración del desarrollo de la inteligencia artificial (IA) generativa, los sistemas de cómputo acelerado y la automatización avanzada está transformando de manera estructural la economía digital y los perfiles profesionales requeridos para sostenerla. La visión expresada por Jensen Huang, CEO de NVIDIA, enfatiza que los grandes ganadores de la nueva fase de la revolución de la IA no serán exclusivamente los desarrolladores de software o científicos de datos, sino también los oficios técnicos especializados como electricistas, instaladores de infraestructura, técnicos en refrigeración, fontaneros industriales y profesionales de campo capaces de desplegar, mantener y asegurar la infraestructura física que demanda la IA a escala.

Esta perspectiva trasciende la anécdota y se alinea con una realidad técnica: la expansión de centros de datos de alto rendimiento, redes de borde (edge computing), sistemas de potencia especializada, infraestructura de refrigeración líquida, dispositivos conectados (IoT/IIoT) e infraestructuras inteligentes requiere una capa intensiva de trabajo técnico sobre el terreno. Dichos perfiles resultan críticos para garantizar continuidad operativa, eficiencia energética, ciberseguridad física-digital y resiliencia en un entorno donde la IA se vuelve un componente esencial de procesos industriales, urbanos y críticos.

Este artículo analiza en profundidad las implicancias técnicas de esta afirmación, considerando la convergencia entre IA, infraestructura, automatización, ciberseguridad y regulación, y explicando por qué los oficios especializados se convierten en actores estratégicos dentro de la arquitectura de la economía de la IA.

1. La infraestructura de la IA como sistema crítico: del cómputo acelerado al mundo físico

La IA de alto rendimiento descansa sobre una infraestructura compleja compuesta por centros de datos especializados, redes ópticas de baja latencia, sistemas masivos de almacenamiento, plataformas de orquestación de contenedores, servicios en la nube, dispositivos perimetrales y una capa creciente de sistemas de control industrial. A diferencia de las etapas previas de digitalización, en las que gran parte del valor se concentraba en el software, la actual ola de IA requiere la combinación inseparable de:

  • Procesamiento acelerado mediante GPU, DPU y ASIC optimizados para IA.
  • Sistemas de energía de alta densidad, rutas de cableado de potencia y distribución eléctrica segmentada.
  • Refrigeración avanzada (particularmente refrigeración líquida directa o por inmersión) para soportar cargas térmicas elevadas.
  • Redes de datos de alta capacidad (Ethernet, InfiniBand, fibra óptica) con arquitecturas redundantes.
  • Infraestructura física confiable: racks, bandejas, cableado estructurado, sistemas de puesta a tierra, sistemas contra incendios.
  • Subsistemas de monitoreo, telemetría, automatización e integración con tecnologías operacionales (OT).

La expansión global de esta infraestructura implica que la demanda de profesionales capaces de instalar, certificar, operar y mantener estos elementos crezca de manera sostenida. Electricistas industriales, técnicos en climatización, fontaneros especializados en circulación de fluidos refrigerantes, integradores de sistemas BMS (Building Management System), especialistas en cableado estructurado y técnicos de campo pasan a ser elementos clave para la sostenibilidad del ecosistema de IA. La automatización no elimina estos roles; por el contrario, los vuelve más críticos, más tecnificados y mejor remunerados cuando incorporan competencias digitales y de ciberseguridad.

2. Electricistas y técnicos de potencia: arquitectura energética para la era de la IA

La densidad de potencia en los racks de IA de última generación supera ampliamente la de los centros de datos tradicionales. No es inusual encontrar racks que demandan entre 30 kW y más de 100 kW por rack en arquitecturas avanzadas de entrenamiento de modelos. Esto exige un rediseño integral de la infraestructura eléctrica:

  • Alimentación redundante N+1, 2N o superiores para garantizar alta disponibilidad.
  • Uso de UPS de doble conversión, sistemas de baterías avanzadas (incluyendo baterías de ion-litio) y soluciones de almacenamiento de energía.
  • Distribución eléctrica segmentada y monitoreada en tiempo real para evitar sobrecargas y minimizar riesgo de fallas.
  • Cumplimiento de normas y estándares como IEC, IEEE, NEC, TIA-942, entre otros.

En este contexto, los electricistas especializados dejan de ser únicamente ejecutores de obra para convertirse en operadores de sistemas críticos. Su trabajo tiene impacto directo en la continuidad del servicio de plataformas de IA, en la seguridad física y en la eficiencia energética. La correcta implementación de esquemas de puesta a tierra, protección contra sobretensiones, dimensionamiento de conductores, seccionamiento y selectividad de protecciones se convierte en un factor estratégico para empresas tecnológicas, proveedores de nube y operadores de centros de datos.

Además, la integración entre sistemas eléctricos y plataformas de monitoreo digital implica que estos profesionales deben comprender protocolos industriales (Modbus, BACnet, SNMP para monitoreo, entre otros) y trabajar coordinadamente con equipos de TI y ciberseguridad para asegurar que no existan vectores de ataque explotables a través de sistemas de gestión de energía conectados a la red.

3. Fontaneros, climatización y refrigeración líquida: sostén térmico del cómputo de IA

La disipación térmica es uno de los desafíos técnicos centrales de la IA a gran escala. La refrigeración por aire tradicional se vuelve insuficiente o ineficiente ante densidades de potencia crecientes. La adopción de refrigeración líquida directa al chip (Direct-to-Chip), sistemas de rear door heat exchangers y soluciones de inmersión obliga a contar con especialistas capaces de diseñar, instalar y mantener circuitos hidráulicos de alta confiabilidad.

En este entorno, los fontaneros industriales y técnicos en sistemas térmicos adquieren competencias críticas:

  • Diseño de circuitos cerrados de agua o fluidos especiales con control de presión, caudal y temperatura.
  • Selección de materiales compatibles, anticorrosión y de baja conductividad eléctrica.
  • Implementación de sistemas redundantes de bombeo, válvulas de corte, sensores de fugas y mecanismos de protección.
  • Integración con BMS, sistemas SCADA y plataformas de monitoreo en tiempo real.

La falla en un sistema de refrigeración puede comprometer miles de GPUs, afectar contratos de nivel de servicio (SLA) y generar pérdidas millonarias. La calidad en la instalación, mantenimiento preventivo, análisis de riesgo y respuesta rápida ante incidentes eleva el perfil profesional de estos técnicos dentro de la cadena de valor tecnológica. Este cambio valida la tesis de que los oficios técnicos, cuando se articulan con tecnologías avanzadas, se sitúan en el núcleo operativo de la economía de la IA.

4. Convergencia entre IA, IoT, OT y oficios especializados

La infraestructura de IA no se limita a centros de datos. La proliferación de edge computing, sensores inteligentes, redes industriales y sistemas ciberfísicos distribuidos amplía el alcance de la automatización hacia fábricas, hospitales, redes eléctricas, ciudades inteligentes, transporte y logística. Todo ello genera un entorno híbrido donde convergen tecnologías de la información (TI) con tecnologías operacionales (OT):

  • Controladores lógicos programables (PLC), sistemas SCADA y DCS integrados con analítica de IA.
  • Dispositivos IoT/IIoT conectados a redes inalámbricas, 5G privado o fibra óptica.
  • Sensores de consumo energético, calidad de aire, flujo de agua, temperatura y vibración conectados a plataformas de monitoreo y mantenimiento predictivo.
  • Modelos de IA para optimización de recursos, detección de anomalías, predicción de fallas y respuesta automatizada.

Los oficios técnicos involucrados en la instalación de sensores, cableado estructurado, redes industriales, sistemas de climatización y distribución hídrica se convierten en actores esenciales para materializar arquitecturas de infraestructura inteligente. Un error en la instalación de un sensor, en la configuración de un equipo de campo o en el aislamiento de una línea puede degradar el rendimiento de un modelo de IA, generar falsos positivos o negativos en sistemas críticos, o abrir vectores de ataque explotables a nivel de OT.

La profesionalización de estos roles, con formación en estándares, seguridad eléctrica, protocolos industriales y fundamentos de ciberseguridad, es una condición necesaria para que la inteligencia artificial opere de forma confiable, segura y escalable.

5. Implicancias en ciberseguridad: la nueva superficie de ataque en manos de técnicos de campo

La expansión de la IA y la integración de sistemas físicos con plataformas digitales incrementan la superficie de ataque. No se trata únicamente de proteger modelos, datos o APIs, sino también la infraestructura física que los soporta. Cada cuadro eléctrico conectado, cada sistema de refrigeración gestionado remotamente, cada PLC o gateway IoT representa un punto potencial de compromiso.

En este contexto, electricistas, fontaneros industriales, técnicos de sistemas HVAC y operadores de planta deben ser considerados parte activa del modelo de seguridad. Sus decisiones tienen impacto en la confidencialidad, integridad y disponibilidad de sistemas de IA. Algunas implicancias clave incluyen:

  • Seguridad en sistemas de gestión remota: paneles de control de refrigeración, BMS, UPS y sistemas de distribución eléctrica a menudo están expuestos o mal segmentados en redes internas, facilitando accesos no autorizados.
  • Uso de credenciales compartidas o por defecto en controladores, sensores o dispositivos conectados, lo que vulnera buenas prácticas básicas.
  • Ausencia de segmentación adecuada entre redes TI y OT, permitiendo movimientos laterales desde equipos de campo hacia sistemas críticos.
  • Riesgos en mantenimientos externos: proveedores de servicios que acceden a la infraestructura sin controles de identidad, monitoreo o registro de actividades.

Las buenas prácticas internacionales recomiendan incorporar marcos como:

  • Controles alineados con ISO/IEC 27001 y 27019 para entornos energéticos y OT.
  • Buenas prácticas para entornos industriales según IEC 62443.
  • Segmentación de redes y principios Zero Trust aplicados a activos conectados en campo.
  • Gestión de identidad y accesos privilegiados (PAM) para técnicos internos y externos.

La participación informada de los oficios técnicos en estas prácticas es crítica. Su rol ya no es únicamente físico: manipulan sistemas que están integrados en redes complejas y directamente vinculados a activos digitales estratégicos. Cualquier estrategia de ciberseguridad madura debe incluir programas de capacitación específica para estos perfiles, políticas claras de acceso remoto seguro, procedimientos de cambio controlado y auditoría de intervención sobre infraestructura crítica.

6. Transformación de perfiles laborales: de oficios tradicionales a especialistas híbridos

La visión de Jensen Huang resalta un cambio estructural en la demanda de talento: los oficios técnicos que integran competencias digitales y criterio de seguridad se posicionan mejor en el mercado laboral que aquellos que dependen exclusivamente de habilidades cognitivas repetitivas susceptibles de automatización.

Los trabajos que se apoyan en tareas manuales calificadas, intervención en entornos físicos no estandarizados y toma de decisiones en campo son más difíciles de reemplazar mediante IA o robótica generalista en el corto y mediano plazo. Sin embargo, estos roles sí se transforman y especializan. Algunas líneas de evolución incluyen:

  • Electricistas especializados en centros de datos de alta densidad, capaces de interpretar diseños eléctricos avanzados, trabajar con instrumentación digital y asegurar cumplimiento normativo estricto.
  • Técnicos en refrigeración y fontanería industrial con conocimientos de termodinámica aplicada, refrigeración líquida, integración con sistemas de monitoreo y gestión inteligente de energía.
  • Instaladores de infraestructura IoT/IIoT con capacidades para configurar dispositivos, asegurar comunicaciones cifradas, aplicar segmentación lógica y entender requisitos de seguridad.
  • Integradores de sistemas para edificios inteligentes, que articulan sensores, actuadores, redes, IA en el borde y sistemas de gestión centralizados con criterios de eficiencia y seguridad.

Estas trayectorias reflejan que el valor profesional se desplaza hacia perfiles híbridos: técnicos con dominio de herramientas físicas, pero también con comprensión funcional de la IA, la automatización, la telemetría, la gestión de datos y la ciberseguridad. Este perfil híbrido es consistente con la visión de la industria sobre la cuarta revolución industrial, donde lo físico y lo digital se integran en sistemas ciberfísicos complejos.

7. Eficiencia energética, sostenibilidad y regulaciones: el rol técnico en la gobernanza de la IA

La operación masiva de centros de datos y plataformas de IA plantea desafíos significativos en materia de consumo energético, huella de carbono, uso de agua y cumplimiento regulatorio. Distintas jurisdicciones están avanzando hacia normativas más estrictas sobre eficiencia, transparencia y sostenibilidad de la infraestructura digital.

En este marco, electricistas, fontaneros industriales y técnicos de operación no solo implementan soluciones, sino que también contribuyen directamente al cumplimiento regulatorio y a la optimización de recursos. Algunas dimensiones clave son:

  • Optimización del PUE (Power Usage Effectiveness) mediante buenas prácticas de distribución eléctrica, reducción de pérdidas y adopción de tecnologías eficientes.
  • Uso de sistemas de refrigeración de alta eficiencia, con mínima pérdida térmica, recuperación de calor y reducción de consumo de agua donde sea viable.
  • Integración con fuentes de energía renovable, microredes, sistemas de almacenamiento de energía y controles inteligentes de carga.
  • Documentación y trazabilidad técnica para auditorías regulatorias, certificaciones y reportes de sostenibilidad.

De esta manera, el profesional técnico se convierte en un actor clave para lograr que la infraestructura que soporta la IA sea sostenible, cumpla estándares internacionales y responda a las crecientes exigencias de gobiernos, clientes corporativos y organismos de control.

8. Riesgos estratégicos de subestimar los oficios técnicos en la economía de la IA

Subestimar el rol de los oficios técnicos en el despliegue de la IA conlleva riesgos significativos tanto para la industria como para los reguladores y la sociedad:

  • Riesgo operacional: instalaciones deficientes pueden generar interrupciones frecuentes, fallas críticas, incendios, daños a equipamiento de alto costo y pérdida de disponibilidad.
  • Riesgo de seguridad: configuraciones incorrectas en sistemas conectados pueden ser utilizadas como vector de ataque para comprometer infraestructura crítica.
  • Riesgo de cumplimiento: incumplimiento de normas eléctricas, industriales o ambientales puede derivar en sanciones, cierres de instalaciones o pérdida de certificaciones.
  • Riesgo económico: falta de talento técnico especializado puede ralentizar proyectos, incrementar costos y limitar la competitividad en el mercado global de IA.

Por ello, la visión que otorga protagonismo a electricistas, fontaneros, técnicos de infraestructura y especialistas de campo no debe interpretarse como una provocación, sino como una lectura precisa de la dependencia estructural de la IA respecto de la infraestructura física y de quienes la hacen posible. La cadena de valor de la IA es tan robusta como su eslabón más débil; ignorar la capa de infraestructura y su componente humano técnico compromete la resiliencia del sistema completo.

9. Lineamientos para la formación técnica en la era de la IA

Para capitalizar las oportunidades que ofrece la expansión de la IA, es necesario actualizar los modelos de formación técnica, educación profesional y certificación. Algunas recomendaciones estratégicas incluyen:

  • Incorporar fundamentos de redes, automatización y ciberseguridad en las carreras técnicas de electricidad, refrigeración, mecánica, fontanería industrial y telecomunicaciones.
  • Integrar módulos sobre centros de datos, edge computing, IoT industrial y edificios inteligentes como parte de los planes de estudio.
  • Fomentar certificaciones específicas alineadas con estándares reconocidos de infraestructura, seguridad, cableado, energía y sistemas críticos.
  • Promover alianzas entre fabricantes de tecnología, operadores de infraestructura y centros de formación técnica para prácticas guiadas en entornos reales.
  • Desarrollar competencias en monitoreo remoto, análisis de datos operacionales y uso de herramientas digitales de gestión de activos.

Esta orientación fortalece la empleabilidad de los profesionales de oficios, reduce la brecha entre demanda y oferta de talento especializado y refuerza la capacidad de los países para atraer inversión en infraestructura avanzada de IA, nube y tecnologías emergentes.

10. Integración entre talento técnico, IA y automatización avanzada

Lejos de sustituir a los oficios técnicos, la IA se convierte en una herramienta que expande sus capacidades. Los técnicos pueden apoyarse en sistemas de IA para:

  • Diagnóstico predictivo de fallas en sistemas eléctricos, equipos de refrigeración y bombas.
  • Optimización automática de parámetros de operación para mejorar eficiencia energética y estabilidad.
  • Asistencia aumentada mediante realidad aumentada y manuales inteligentes durante tareas de mantenimiento.
  • Gestión digitalizada de inventarios, repuestos, órdenes de trabajo y trazabilidad de intervenciones.

Esta sinergia genera un nuevo modelo operativo en el que humanos y sistemas inteligentes colaboran en tiempo real para mantener operativa una infraestructura compleja. Los profesionales que comprendan cómo utilizar la IA como herramienta estratégica, sin depender exclusivamente de ella, se colocan en una posición competitiva superior.

11. Perspectiva estratégica: redistribución del valor en la cadena de la IA

La lectura propuesta por Jensen Huang implica una redistribución del valor, donde:

  • El diseño de chips, modelos y plataformas sigue siendo estratégico, pero depende críticamente de infraestructuras físicas altamente especializadas.
  • La capacidad de un país o región para competir en IA está vinculada tanto a su ecosistema de investigación como a su capacidad para desplegar y mantener infraestructura física avanzada.
  • Los perfiles técnicos certificados y alineados a estándares se convierten en un factor de competitividad nacional, similar a la disponibilidad de talento en software o ciencia de datos.

Esta conclusión tiene implicancias directas para políticas públicas, programas de capacitación, iniciativas empresariales y estrategias de inversión. La atención exclusiva a perfiles digitales y universitarios, sin un fortalecimiento proporcional de los oficios técnicos avanzados, genera un desbalance estructural que limita la capacidad real de ejecución de proyectos de IA a gran escala.

En resumen

La afirmación de que electricistas, fontaneros y técnicos especializados serán grandes beneficiarios en la carrera de la IA refleja una comprensión técnica profunda de cómo opera la infraestructura digital contemporánea. La inteligencia artificial no es un fenómeno puramente virtual; existe gracias a una base física intensiva en energía, refrigeración, cableado, sensores, sistemas de control y mantenimiento permanente. Esa base requiere profesionales de campo altamente capacitados, con competencias híbridas que integren oficios técnicos, conocimiento de tecnologías emergentes y sensibilidad en ciberseguridad y sostenibilidad.

En este contexto, la estrategia más eficaz para empresas tecnológicas, operadores de infraestructura, instituciones educativas y gobiernos es promover la profesionalización avanzada de estos oficios, integrarlos explícitamente en la planificación de la economía digital y asegurar que la seguridad, la eficiencia y la resiliencia de la infraestructura de IA se construyan desde el terreno hacia la nube.

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